Con el paso del tiempo nuestra piel puede llenarse de impurezas. Para terminar con ellas y volver a tener un rostro esplendido, es necesario una limpieza facial profunda, de la cual hablaremos a continuación..

La limpieza facial profunda es fundamental para eliminar las impurezas, granos y puntos negros que se pueden formar en nuestro rostro. También constituye el primer paso para optimizar cualquier tratamiento estéticos que se desee hacer con posterioridad, ya que facilita la penetración en la piel de los compuestos activos que se aplican.

El primer paso que se realiza, luego de determinar tu biotipo cutáneo (tipo de piel), se procede a desmaquillar la piel, después se realiza una suave higienización de la piel, posteriormente se procede al proceso de desincrustación, para la remoción manual o con aparatología de los puntos negros que pudieran haber, especialmente en las zonas de mayor formación: la zona T. 

Después de este paso se procede a la exfoliación y posterior aplicación de una mascarilla descongestiva para eliminar lo rojo o irritado de la piel post remoción de puntos negros y luego se aplica algún hidratante ligero y protector solar.

¿Qué pasa después de una primera sesión de limpieza facial profunda?

Lo principal que vas a notar es un aspecto más “blanco” de tu piel, fruto de la extracción de los inestéticos puntos negros, más si estaban en gran cantidad. Por otro lado, vas a notar que la textura de tu piel va a ser mucho más suave y tersa, más uniforme y pareja en toda su extensión.

¿Con qué frecuencia me puedo realizar una limpieza facial profunda?

Esto depende de las necesidades específicas de tu piel. Pero de manera general es recomendable una limpieza facial profunda 1 vez al mes, para mantener la piel en buenas condiciones y optimizar el aprovechamiento de los productos cosméticos que utilizás en casa.

En caso de acné o piel con muchas impurezas, puede ser necesario una mayor frecuencia, por ejemplo 1 ó 2 veces por semana hasta que la piel se reequilibre y mejore su aspecto y funcionamiento.