La bioestimulación con plasma rico en plaquetas (PRP) es un procedimiento autólogo, es decir, que se realiza con sangre extraída en forma indolora del mismo paciente. Su objetivo es retroceder las señales comunes del envejecimiento de la piel en el área facial, cuello y manos. También busca mejorar algunas patologías como manchas, acné (y sus secuelas), estrías y cicatrices.
Las plaquetas son células sanguíneas que intervienen en procesos de coagulación y que se componen de distintos gránulos: los “alfa” y los “densos”.
Los gránulos “alfa” contienen factores de crecimiento fundamentales, biológicamente activos. Los gránulos “densos” poseen otros factores bioactivos que permiten incrementar la permeabilidad de las membranas celulares y modular de esta forma la inflamación.
Se ha observado que el plasma “rico en plaquetas” actúa incrementando el grosor de la epidermis, es decir, de la capa más superficial de la piel. Además, estimula las células dérmicas y reorganiza las fibras de colágeno y elastina.
De este modo, este plasma especial ayuda a mejorar la flacidez, el daño de la radiación en la piel, disminuye la “elastosis solar” o daño solar crónico, propia del envejecimiento, y, de esta manera, la apariencia en general. A las tres semanas de realizado el procedimiento, ya es posible observar cambios.
A nivel capilar, este plasma ayuda a aumentar el grosor del cabello. Además, se producen cambios en el ciclo de crecimiento, logrando que el pelo crezca, por lo que se convierte en un tratamiento complementario seguro.
La aplicación del plasma “rico en plaquetas” es un procedimiento sencillo: se extrae una mínima cantidad de sangre del paciente, que se centrifuga a revoluciones por minuto ya determinadas. Esto genera que se fragmenten los elementos de la sangre y se pueda aislar la fracción que se necesita. Luego, se activa con cloruro de calcio, o se “fotoactiva”, y se inyecta un material proteico incoloro. Para ello, se puede utilizar anestesia local (en crema) en los sectores más sensibles del rostro, como párpados y labios. Hay distintos protocolos de aplicación y repetición de sesiones según lo que se quiera tratar. No es tóxico ni genera alergias, ya que es un producto obtenido del propio paciente.
Se trata de una buena alternativa para el rejuvenecimiento, tratamiento de cicatrices, estrías, flacidez, celulitis, cicatrización de heridas y caída del pelo. Además, es un perfecto complemento de otros tratamientos para acelerar la recuperación, por ejemplo, el láser.
Dr. Maikel A. D'Ingeo C. - Especialista en Medicina Estética